CICLOS ECONÓMICOS: UN REPASO DE LARGO PLAZO

La realidad cíclica ha sido concebida por la humanidad desde temprana edad y su importancia ha quedado asentada por diferentes disciplinas y áreas del saber: Filosofía, Biología, Geología, Historia, Arte, por mencionar algunas. Por el contrario, en el campo concreto de la Economía el estudio sistemático de los ciclos se inició de forma reciente como un fenómeno consustancial a la modernidad. Complementariamente, la razón explicativa de este aparente interés tardío en el campo que nos compete, radica justamente en que la actividad económica no ha mostrado una intensidad cíclica tan evidente como la observada en nuestro pasado cercano.
Recapitulemos algunas cuestiones. Las estructuras económicas forjadas en el seno de las civilizaciones antiguas y en la época feudal, de base fundamentalmente agrícola, se encontraban estrechamente encausadas por la dotación de recursos naturales, los patrones climáticos estacionales y de mediano plazo, el ordenamiento político/militar, por mencionar algunas de las variables más representativas. La obtención y transformación de bienes económicos respetaba intereses cuya dimensión en general estaba alineada al beneficio de una clase predominante y los roles de cada individuo dentro de la sociedad eran básicamente estáticos. En este marco, problemas tales como la sobreproducción, el poder adquisitivo de los consumidores, las burbujas especulativas o la detracción generalizada de la inversión difícilmente pudieron alcanzar la magnitud que hoy aqueja a los economistas contemporáneos. En este contexto, las fluctuaciones económicas se relacionaron fundamentalmente con fenómenos movilizadores de la estructura demográfica, pudiendo al mismo tiempo verse aceleradas por variables exógenas, tales como: catástrofes naturales, epidemias, avances tecnológicos concretos traducidos en saltos de la calidad de vida, guerras, por citar algunas de las más simbólicas. Pero la frecuencia con que se hacían presentes las mencionadas reiteraciones cíclicas completas databa de períodos muy prolongados de tiempo, lapsos que deberíamos catalogar siempre dentro del largo plazo.

La revolución industrial & las fluctuaciones sistémicas
A partir de las revoluciones industriales concebidas en la Europa de los siglos XVIII y XIX las fluctuaciones en la actividad económica se enfatizaron drásticamente. En este sentido la nueva base del progreso se torna al mismo tiempo un desencadenante de períodos de depresión económica que se racionalizaron desde diferentes enfoques como crisis consustanciales al sistema capitalista industrial. La dualidad propia de un desarrollo técnico al servicio de la producción y una inexplicable reproducción sistemática de quiebres drásticos, con su profundo impacto sobre la realidad social, no tenía precedentes. Por primera vez, la realidad cíclica comienza a exteriorizarse en patrones adjudicables al corto y mediano plazo. La preocupante situación generada en torno a dichas fluctuaciones que atentan contra la idea de desarrollo ilimitado propulsada por el positivismo, puede considerarse la génesis intelectual que motiva simultáneamente a científicos de todo el planeta a introducir sus aportes individuales para determinar posibles causas y cursos correctivos de acción. Por tal motivo, el estudio de los ciclos económicos a nivel académico ha estado esencialmente relacionado desde su comienzo con el devenir de las economías industriales con orientación al mercado.

Abordajes
Con el objeto de interpretar y evitar contracciones económicas ulteriores, un importante número de escuelas del pensamiento y autores individuales abordó la temática durante el Siglo XX a nivel teórico. Pero siempre de manera aislada; sin un sustento empírico-estadístico de fondo.
La crisis de 1930 sirvió como detonante para formalizar un nuevo enfoque que cobró verdadero auge en la década del '40. El mismo se gestó en el National Bureau of Economic Research de Estados Unidos y puede considerarse el análisis precursor de lo que hoy se conoce como el leading economic indicators approach; el método más extendido a nivel mundial para datar y estudiar el comportamiento de los ciclos económicos.
La forma tradicional de interpretar un ciclo económico se conoce como abordaje clásico (classical approach) y exige que el nivel de actividad económica bajo estudio presente contracciones y expansiones en términos absolutos en torno a un pívot que se denomina "punto de giro". Es decir, un mes a partir del cual la actividad económica pasa de una situación persistente de alza a una situación persistente de contracción; o viceversa.

Sin embargo, a partir de la segunda mitad del siglo XX algunos países de altos ingresos lograron mantener largos períodos temporales en los cuales su actividad económica únicamente se expande. En ese marco los investigadores comenzaron a encontrar más adecuado monitorear la velocidad de crecimiento –en contraposición a la identificación de máximos y mínimos relativos–, con la idea de reconocer los momentos en que el mismo se acelera y desacelera. Esta idea disparadora da origen a lo que se conoce como abordaje de crecimiento (growth approach).
Al respecto, la determinación de las aceleraciones y desaceleraciones del ciclo se determinan en función de su tendencia de largo plazo. Los puntos de giro bajo este abordaje ubican los picos en aquellos momentos donde la diferencia entre la tasa de crecimiento y la tendencia es máxima en sentido positivo, mientras que los valles se consideran en sentido inverso, es decir, donde la diferencia es máxima en sentido negativo.
Un tercer enfoque utilizado para monitorear el estado de los ciclos económicos se encuentra anclado a la evolución de las tasas de crecimiento del indicador coincidente; por tal motivo, se lo conoce como abordaje de tasas de crecimiento (growth rate approach). En esta alternativa, se identifican dos fases vinculadas al ritmo de crecimiento de la actividad: la fase a la baja se corresponde con el período donde la actividad sube a tasa decreciente y disminuye a tasa creciente, la fase al alza se corresponde con el período donde la actividad disminuye a tasa decreciente y crece a tasa creciente. A decir verdad, el enfoque de tasas de crecimiento no se diferencia en esencia al enfoque de crecimiento, pero resulta práctico para realizar ejercicios de forcasting. El Programa de Ciclos Económicos de la Bolsa de Comercio de Santa Fe internaliza información de los tres enfoques en simultaneo, aunque el más utilizado en términos expositivos sigue siendo el abordaje clásico. En el caso de los países latinoamericanos, y particularmente en Argentina, las contracciones y expansiones tradicionales siguen en plena vigencia, siendo cada vez más recurrentes y su amplitud más abrupta –a pesar de que las fases recesivas se acorten en duración–.

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