Los pronósticos enunciados de precipitaciones se concretaron en algunos distritos del área del estudio. Las posteriores características ambientales brindaron óptimas condiciones para los cultivares de trigo y de girasol, como así también buena disposición de agua útil en la cama de siembra para reanudar el proceso respecto del último cultivo citado. Continuó la cosecha de maíz de segunda, que viene muy lenta, condicionada por los porcentajes de humedad en grano, entre 17 y 20%.
La campaña fina 2016, especialmente la de trigo, está expresando la incorporación de tecnología que hace años no se concretaba. Igual síntoma se percibe a días del comienzo de la campaña gruesa. La aplicación de fertilizantes será el factor de gran peso, ante una buena relación costo-beneficio. Con condiciones climáticas normales, se augura un panorama muy alentador para el futuro de la campaña.

El área sembrada presentó cultivares en estado general de muy bueno a excelente, en un 80% en pleno desarrollo y sin problemas. Todos los indicadores nos muestran que lo que fue enunciado con respecto a un mayor nivel de tecnología se incorporó, justificando el esto de los cultivares. Se consolidan las perspectivas de una buena campaña.

La situación es similar al proceso de cosecha de la campaña anterior, caracterizada por lo prolongada, con porcentajes de humedad ambiente relativamente altos que repercutieron en la humedad de grano y no llegaron a valores tolerables comercialmente.
Se ha cosechado el 95% de la superficie sembrada, unas 83.362 hectáreas, con un avance de 5 puntos en la semana y un adelanto interanual de 3%.
Los rendimientos obtenidos fluctuaron entre 50 y 70 qq/Ha, con un máximo de 75 qq/Ha en algunos lotes puntuales y una aceptable calidad de producto.
Se estimó un rendimiento promedio para esta campaña de 82 a 85 qq/Ha.

Las precipitaciones caídas en algunos distritos frenaron el proceso de siembra, que mostró un avance del 68%, representando unas 68.000 hectáreas. Los registros pluviométricos permitieron mejorar la disponibilidad de agua útil en la cama de siembra, generando muy buenas condiciones para la germinación de los recién sembrados y el desarrollo de los cultivos existentes.
Se estiman que en la presente campaña se sembrarán 100.000 hectáreas con girasol en el centro norte de la provincia de Santa Fe, unas 22.000 Has. más que en la campaña anterior.