El clima volvió a impactar con fuerza en las actividades agrícolas de la región centro-norte de la provincia de Santa Fe, siendo los departamentos General Obligado, San Javier y Garay los más afectados. Los montos pluviomátricos que se registraron en ellos superaron los 120 milímetros, y en el primero de los citados, fue de 295 milímetros, dice el informe semanal del Sistema de Estimaciones Agrícolas que difunden la Bolsa de Comercio de Santa Fe y el Ministerio de la Producción. Los pronósticos para el período comprendido entre el miércoles 19 al martes 25 de agosto, están expresando una estabilidad climática hasta el sábado. A partir de esa fecha, se prevén precipitaciones, posterior descenso de la temperatura y buen tiempo con estabilidad hasta el fin del período mencionado. Se observaron importantes espacios de encharcamiento y de anegamientos en la zona oeste del departamento Castellanos; centro y sur de los departamentos San Martín y San Jerónimo y centro norte de General Obligado, San Javier y Garay.

Los eventos climáticos condicionaron totalmente el proceso de avance de cosecha, manteniéndose en toda el área, un progreso del 85% del área sembrada, es decir unas 89.250 hectáreas. Los cultivares manifestaron hasta el momento un buen estado y se mantuvieron erguidos sin riesgo de vuelco o caída, pero luego de una semana muy húmeda se recomienta el monitoreo de los cultivos. Se espera un rendimiento promedio de 72 qq/Ha para esta campaña 2014/2015.

Lo cultivares un muy buen estado ante este período húmedo y la disponibilidad de agua útil en los suelos, no corriendo riesgo alguno. Las actividades de monitoreo y seguimiento en los lotes se intensificará a medida que las condiciones de los caminos y accesos lo permitan para prevenir y/o alertar cualquir anomalía.

Con pocos lotes sembrados, hecho que fue anunciado en el informe anterior, comenzó la campaña 2015/2016 en el norte de la región, pero las lluvias condicionaron el avance de la siembra. Se estima una disminución del àrea sembrada de 22% con respecto a la campaña anterior, es decir unas 22.000 hectáreas menos, estimándose unas 78.000 hectáreas para el presente ciclo agrícola. La rentabilidad que presenta el cultivo, una de las claves de mayor peso para la disminución del área de siembra.