“América Latina es la región a la que peor le está yendo”,  aseveró el sociólogo y economista Juan José Llach, en el transcurso de una disertación en la Bolsa de Comercio de Santa Fe, en la que describió su visión sobre la recuperación de la economía global; respecto de la demanda de alimentos y las perspectivas económicas de cara al escenario electoral 2015.

“El mundo está menos confortable para la Argentina que años atrás: Estados Unidos ha salido menos rápido de lo que se esperaba de la crisis del 2008; la Unión Europea reaccionó, pero con amenazas, no ha resuelto temas como el de Grecia; sin embargo con Mario Draghi las perspectivas europeas han mejorado; y los países emergentes están creciendo pero a un ritmo menor, del 10% pasaron al 7% del PBI. La pregunta es si volverá el viento de cola”, interrogó

El orador sostuvo que “la demanda de alimentos  estará ligada a cómo le vaya a los países emergentes”, por eso centró una parte de su exposición en el desenvolvimiento de estas naciones.

Señaló que los países emergentes se caracterizaban por tener “una enorme cantidad de personas que trabajaban mucho y que son poco exigentes”, para pasar a decir que en Asia, no había sindicatos fuertes. Además, son países con tecnología accesible por lo que pueden aumentar la productividad; han realizado más y mejores inversiones en educación; en conjunto, han incorporado cerca de 5.000 millones de habitantes al consumo y tienen “políticas más sensatas: baja inflación,  resultan atractivos para las inversiones y tienen solvencia fiscal”.

Frente a este panorama consideró que la Argentina había aprovechado de una manera “muy limitada” las oportunidades comerciales en materia de alimentos.

El Dr. Juan José Llach fue invitado por la Bolsa de Comercio y la Cámara Arbitral del Cereales y la actividad fue presentada por los dos presidentes, el Ing. Agr. Olegario Tejedor, y  señor Jesús Fernández, respectivamente. Antes de la alocución del economista, la  Lic. Lucrecia D’Jorge, hizo referencia a los trabajos e informes económicos y sociales encarados por el Centro de Estudios y Servicios.

Profundo cambio

El orador se interrogó si no se estaba ante un cambio de civilización y presentó cuadros con perspectivas demográficas entre los años 2.000 y 2.040, señalando que se prevé que, en conjunto, la Unión Europea, Estados Unidos y Japón bajen su participación del 50 % al 25% de la población mundial. Entre los años mencionados, “1.627 millones de personas más habitarán en países emergentes que no son India y China”.

Llach agregó que para 2040, el 12,3% de la población vivirá en Occidente y el 87,7% lo hará en Oriente y aportó como otro dato que en la actualidad, China tenía 300 millones de habitantes en niveles de media y otros 30 millones de ingresos superiores; realidades que no se observaban décadas atrás.

Hizo referencias a los países emergentes, que están creciendo pero más despacio; al continente africano que crece y está reduciendo su pobreza, y que debería ser considerado un cliente potencial de la Argentina

“Estamos ante un mundo  más anárquico, más complicado, que va a seguir creciendo pero con más sobresaltos que antes”, opinó Llach y respecto de los alimentos y en especial de los commodities, consideró que observaba “un nuevo ciclo, con precios menores”.

“Los años de precios altos para los commodities hicieron que se  aumentara su producción de una manera tremenda en todas partes, favorecidos también por el clima. Hoy tenemos mercados abarrotados”, señalando este hecho como causa de la baja de los valores.

Apoyado en filmillas,  sobre los alimentos indicó que comparando los años 2004 y 2013, se observa que la tasa de aumento había bajado del 3,6% al 2%.

“De cada 100 dólares de aumento de las importaciones de alimentos por parte de terceros países, 90 dólares provinieron de los emergentes”, informó Llach, quien indicó que los alimentos con mejores perspectivas eran: arroz, aves, quesos, carne bovina, leche descremada, harinas y aceites.

Agregó que observaba en las importaciones, “una demanda directa de proteínas, cambio de tendencia que debía tomar nota la Argentina; que continuará la presión sobre la soja en comparación con otros granos y que persistirá la demanda de granos por sobre los aceites, porque todos los países buscan aumentar el crushing interno”.

Llach consideró que la Argentina  iba a tener cada vez más participación en el mercado de las harinas proteicas, por lo tanto sugirió pensar una estrategia respecto de este tema. Opinó que para el país sería más conveniente exportar más carnes que harinas proteicas.

Abundó en datos de crecimiento de la demanda de alimentos por parte de China y los países emergentes y sostuvo que la Argentina había  aprovechado de una manera “muy limitada las oportunidades que se dieron en los últimos años”. Lo ejemplificó con la reducción de la participación del comercio exterior que tuvo el país.

Señaló que por la política económica implementada “entre 2003 y 2015, la Argentina perdió 150.000 millones de dólares en exportaciones” y sostuvo que entre 2012 y 2015, 171 países crecieron más que la Argentina.

Respecto del futuro de mediano plazo de la economía argentina inserta en un proceso electoral, opinó que “habrá cambios pero no giros de 180 grados”.  También expuso sobre la posibilidad de un primer presidente de la Nación surgido de un ballotage y que avizoraba mucha polarización. “Gobernar va a requerir de acuerdos en el Congreso y también para que haya por ejemplo, menos inflación sin retraso cambiario”.

Concluida una parte de la exposición, el Ing. Agr. Tejedor invitó a Llach y a los presentes a compartir una cena en el Salón Brigadier. En su transcurso se generó un interesante intercambio con los empresarios