PROGRAMA SANTA FE SUSTENTABLE
El Ing. Marcelo Paladino (IAE-Austral) expuso el concepto de desarrollo como base de la responsabilidad empresaria
Tuvo lugar anoche, en la Bolsa de Comercio de Santa Fe, la tercera charla-debate con empresarios sobre temas vinculados con la Responsabilidad Social Empresaria. En esta oportunidad el invitado fue el Ing. Marcelo Paladino (IAE-Universidad Austral), quien introdujo como línea de pensamiento dentro de la temática, la pregunta: ¿cómo desde la empresa se está contribuyendo al desarrollo? Insistió en el rol de los empresarios en la recreación de las instituciones y abogó por el asociativismo. Sobre el particular advirtió que “ para que el asociativismo sea sustentable debe contener un componente moral”.
El Ing. Paladino fue uno de los formadores del Instituto de Altos Estudios Empresariales (IADES), base sobre la cual se originó la Universidad Austral, ubicada en Pilar, provincia de Buenos Aires.
El orador fue recibido por el presidente de la Bolsa, Ing. Olegario Tejedor, quien estuvo acompañado por el tesorero de la institución, CPN Luis Puig, los directores: Ing. Hugo Pedriel (a cargo del programa Santa Fe Sustentable), el señor Jorge Gavazzi y el CPN Oscar Picco; el gerente general, CPN Daniel Mateo, y egresados del programa Nuevos Dirigentes, como la Prof. María José Lina Pilatti y el escribano Mario Vigo (h). Asimismo, participó de la actividad la Lic. Lucrecia D’Jorge, coordinadora del Centro de Estudios y Servicios de la Bolsa.
La actividad congregó a representantes de firma sponsors y de nuevas firmas que se suman al programa Santa Fe Sustentable, de Responsabilidad Social Empresaria de la Bolsa y a María Emilia Eberhardt y Sebastián Romero, quienes comenzaron este año con la capacitación para desempeñarse como dirigentes institucionales.
La aquilatada trayectoria del orador vinculada a temas de educación y universitarios, volcó gran parte de la exposición en demostrar cómo gran parte del cambio producido a favor de la calidad institucional en otros países, se había originado en la fuerte vinculación entre empresas y familias con las universidades, que había derivado en la formación de dirigentes políticos y en otras disciplinas. El Ing. Paladino valorizó su exposición con ejemplos de lo sucedido en décadas anteriores en Estados Unidos, Japón y en el norte de Italia, y más recientemente, en Turquía y Egipto.
Para construir una sociedad
En el comienzo de su alocución el Ing. Paladino abogó por la procuración de un diálogo entre empresa y sociedad e indicó que una la pregunta que debían hacerse los dirigentes empresarios era: ¿qué ideas vamos a seguir adelante para desarrollar el país?, y fue taxativo cuando sostuvo que “solamente cuando las cosas se hacen éticamente bien, se puede construir una sociedad”. En este punto agregó que cada institución, cualquiera fuera su naturaleza, tenía una responsabilidad en la sociedad.
Dentro de esta línea de pensamiento, señaló que la respuesta de la empresa a la sociedad era amplia porque las acciones guardaban relación con todos los frentes que tiene una compañía y señaló que “la respuesta social era una responsabilidad más, pero no la única” por eso prefería hablar de “responsabilidad empresaria y no en responsabilidad social empresaria”.
Frente a una sociedad con falencias - continuó- “la empresa, por el principio de subsidiariedad, puede plantearse en cuál ayudar a resolver”, pero agregó que para ello “su dirigencia debía tener ‘la sensibilidad’ para determinar qué hacer”. En el plano de las instituciones, recomendó preguntarse qué rol cumple en la sociedad, punto de partida para saber sobre su responsabilidad.
Respecto de la expresión “responsabilidad social”, tomó la acepción desde la concepción anglosajona en que “lo social” está vinculado con la sociedad en su conjunto y no sólo con los sectores más vulnerables o pobres.
Fue en este punto que el Ing. Paladino asoció la responsabilidad empresaria al concepto de desarrollo y a los proyectos vinculados con él. “La pregunta, dijo entonces, será: ¿cómo con nuestro trabajo estamos contribuyendo al desarrollo?”.
Citó a continuación los ejemplos de Estados Unidos, Japón, el norte de Italia, Egipto y Turquía y señaló que el hilo conductor de estas realidades diversas había sido “la preocupación por formar a quienes tenía que trabajar por su sociedad; en la formación en las capacidad de asociativismo de los dirigentes” y en la persistencia en profundizar este capital social.
Sostuvo que el asociativismo para que fuera sustentable debía tener un componente moral y en el caso de la Argentina, al responder una pregunta sobre niveles y casos de corrupción, opinó que “una responsabilidad de la dirigencia era restablecer los valores” y pensar en cómo hacerlo.
En otro momento de la charla indicó que “el desarrollo estaba necesariamente asociado al bien común de las personas y de las familias” y que una de las responsabilidades de los dirigentes era “generar espacios para pensar”. “La Argentina -dijo- tiene problemas de conductas sociales y hay que pensar cómo resolverlos”, para aseverar a continuación que “los disvalores se están instalando en la Argentina”.
En la parte final de su alocución, consideró que la base de una construcción era la moral; que se debían generar espacios/ambientes para pensar y dialogar sobre las soluciones requeridas; que las empresas debían ser gestionadas mirando el desarrollo de los demás y que no podía haber desarrollo sin el fortalecimiento de las familias empresarias. “El contribuir a fortalecer el capital moral es lo que da verdadero sentido a la responsabilidad social”, opinó.
Finalizada la disertación, se compartió una cena en la que algunos de los presentes relataron experiencias de cooperativismo y en otros casos, a raíz de preguntas, el orador diferenció lo que era el “marketing social” que practican algunas empresas, con la concepción de desarrollo enmarcado como responsabilidad empresaria.
02-07-2014 | Imprimir