El sacerdote  Gerardo Galetto abogó por “generar un pensamiento distinto en nuestros ámbitos de acción”, en la charla sobre “Compromiso social del empresario”, que dio a participantes del  Programa “Nuevos Dirigentes”, de la Bolsa de Comercio de Santa Fe.

Galetto centró su exposición en lo que significaba ser un dirigente, en épocas en que crece la pobreza; se profundiza la segmentación social y no se encuentran soluciones integrales. A partir de la Doctrina Social de la Iglesia y de la Filosofía, que es su especialidad, invitó a la reflexión a partir de tres líneas conceptuales: “1) el dirigente tiene la oportunidad de promover el progreso; 2) el dirigente debería crear las condiciones para difundir el desarrollo (remarcó este objetivo como clave) y 3) lo que se puede aportar desde el cristianismo”.

Se refirió en primer lugar al progreso, idea que nace en el siglo XVIII con la Ilustración y dijo que a partir de sus precursores (Bacon, Locke, Montesquieu y en plano filosófico Kant) “se había aportado un modo de pensar e instaurado un modelo de razón”.

 “Animémonos a pensar distinto”, pidió, e inmediatamente interrogó, qué significaba ser racional hoy, señalando “la importancia de buscar la raíz de los problemas que nos aquejan en aquella manera de entender la relación entre la razón y la libertad; la razón y la naturaleza”.

El padre Galetto efectuó en la disertación una crítica a la razón instrumental, que se mueve por categorías de medios y fines. “Si no se cambia el modo de razonar, no se cambia nada; debemos pensar de otra manera; un pensamiento que salga de la razón instrumental”, enfatizó e invitó a “entrenarse en otro tipo de razonamiento más inclusivo”.  A continuación, aludió a la razón biológica, diciendo que supone el discurso, el intercambio y el consenso.

A su juicio, mirando la historia, el progreso aporta índices positivos pero “deja la sensación que genera exclusión”.

Respecto al segundo punto, que se vincula con la difusión del desarrollo, se refirió a la encíclica Populorum Progressio, del papa Paulo VI, que analiza al desarrollo de los pueblos como “el paso de condiciones menos humanas a condiciones más humanas”. Consideró que el desarrollo tenía que ver con la economía pero también con lo social y lo cultural.

“El desarrollo -dijo- está vinculado con el derecho al trabajo (…); con el riesgo y la responsabilidad (sosteniendo que era impensable una economía sin estos supuestos), y con la solidaridad, pero no como un aspecto moral sino como una exigencia profunda de la condición humana”.

“El ‘combo’ está en estos tres aspectos juntos: trabajo, riesgo y responsabilidad, y solidaridad; entendida “como en saber mirar cómo viene el otro” y actuar en consecuencia.

El tercer punto, al que se refirió fue el aporte del cristianismo. Explicó el cristianismo como “el fenómeno histórico por el cual los que estamos involucrados, buscamos mantener viva la vida de Jesús de Nazaret y su evangelio”. El padre Galetto tomó como referencia la parábola del Samaritano, quien frente al herido que encuentra en el camino, “asume un compromiso total porque es capaz de sentir como el otro”. 

“El tema del otro nos cuesta, pero cuanto mayor sea el compromiso con el otro, nuestra humanidad es más”, sostuvo el sacerdote.

Las reflexiones del padre Galetto fueron seguidas con notable interés por parte de los asistentes, generándose en varios momentos de la exposición, un intercambio de ideas y visiones, que enriquecieron la actividad.

El orador fue recibido en la Bolsa por el señor Guillermo Pando, integrante de la Mesa Directiva y por los contadores Daniel Mateo y Fabio Arredondo, gerente general y director del Centro de Estudios y Servicios, respectivamente.