LA MESA DEL DIÁLOGO OFRECE SU EXPERIENCIA AL PAÍS
La propuesta surgió en la cena de despedida a Mons. Arancedo realizada en la BCSF
En la cena de despedida a Mons. José María Arancedo como arzobispo de la Arquidiócesis de Santa Fe, en la Bolsa de Comercio, el vicepresidente 2° de la institución anfitriona, Dr. Gustavo Vittori, sostuvo que “la Mesa del Diálogo Santafesino es un positivo logro multisectorial que debería ofrecer el testimonio de su experiencia a la provincia y a la Nación”.
La idea fue inmediatamente aceptada por los representantes de los credos y de las instituciones presentes y la Mesa hizo suya la propuesta: ofrecer a las autoridades nacionales, la experiencia de la Mesa del Diálogo Santafesino, que viene reuniéndose desde hace 13 años.
Lo ponemos a consideración de todos, porque la Argentina, nuestro país, tiene desde hace décadas serias dificultades para crear espacios de intercambio genuino de opiniones, de discusión franca de ideas e intereses, siempre relativos si se los observa desde el mirador del conjunto.
La Nación nos comprende a todos en nuestra diversidad, y por lo tanto todos tenemos derecho a expresar nuestra visión, a comunicar nuestra percepción de la realidad, a proponer cambios que puedan mejorar la situación general.
Para crear un espacio de diálogo hay que estar dispuesto a escuchar al otro, al que es diferente de uno; a someter nuestras ideas a la prueba ácida del argumento ajeno, a exponerse al análisis de la contraparte. Por eso es difícil. Hay que estar dispuestos a escuchar lo que no nos gusta, a vencer prejuicios autodefensivos, a salir del encierro de nuestras construcciones protectoras, de nuestras creencias blindadas, y exponernos a campo abierto en múltiples relaciones con la diversidad de personas y grupos que tienen igual título de pertenencia a la sociedad democrática que integramos.
En este sentido, la Mesa del Diálogo de Santa Fe, que pervive del tiempo en el que el instrumento del Diálogo Argentino fue útil para apaciguar ánimos y promover la reflexión en medio del caos de 2001/02, puede y debe dar su testimonio en este momento de pérdida de confianza en las instituciones y profundas divisiones sectoriales.
Cabe recordar que la Mesa del Diálogo santafesino nació en 2005, en una Santa Fe todavía atrapada por los graves efectos derivados del ingreso de las aguas del Salado a la ciudad en 2003, con sus secuelas de muerte, enormes pérdidas materiales, daños físicos y psicológicos en numerosas personas, y una generalizada vivencia de degradación urbana y destrucción de la autoestima.
Aquella catástrofe fue la causa impulsora de su constitución en un clima social cargado de angustia. Se le dio forma, y ahora trece años de sostenida confluencia de sectores y continuado ejercicio dialógico la respaldan. Es el fruto compartido del metódico esfuerzo, a instancias de Mons. Arancedo, de los credos católico, evangelista y judío, la Comisión de Pastoral Social de la Iglesia, las tres universidades con asiento en Santa Fe; de instituciones de la sociedad civil como Asociación Conciencia y DAIA y de las siete entidades representativas de la actividad económica de la ciudad y la región, la CGT local.
En este largo tránsito se han producido discusiones de distinto tipo, divergencias de encuadre ante distintos problemas y demás perturbaciones propias de la manifiesta decisión de abrirse a la opinión ajena, pero la ancha mesa de encuentro permitió siempre procesar y sintetizar las diferencias, con la mira puesta en el bien común como categoría superior.
La Mesa entiende que no hay integración verdadera ni inclusión efectiva cuando un sector circunstancialmente predominante se abroquela en sus posiciones y cierra puertas al diálogo y al encuentro transformador. Levantar murallas y cavar trincheras son síntomas de debilidad; abrirse a los otros, presupone la tenaz voluntad de superar los propios miedos y exponer al debate opiniones, creencias y convicciones a veces calcificadas.
La Mesa del Diálogo Santafesino es una experiencia fortalecida en el tiempo, con buenos resultados, aunque siempre provisorios, en la búsqueda de una sociedad mejor. Por este motivo, se permite valorar a la luz pública, la utilidad de este método de superación continua en el modo de procesar realidades diversas y mejorar la calidad de los análisis, con el fin último de enriquecer los niveles de conocimiento de los desafíos presentes y futuros, ampliar la comprensión de lo que nos ocurre y proponer medidas de genuina inclusión social.
En este momento, cuando a causa del traslado a Buenos Aires despide con afecto y reconocimiento a Monseñor José María Arancedo, quien con inteligencia, sensibilidad y prudencia presidió la Mesa desde su creación, sus integrantes reafirman su compromiso de seguir adelante con este valioso ámbito de encuentro en la diversidad. E invita al país a reproducirlo.
MESA DEL DIÁLOGO SANTAFESINO
18-05-2018 | Imprimir