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La buena calidad del grano por su contenido en materia grasa fue un factor diferencial a la hora de la rentabilidad para el productor.
A fines de febrero se dio por finalizada la campaña 2017/18 de girasol en el centro-norte de la provincia de Santa Fe, la cual estuvo signada por rendimientos que se encontraron dentro de los promedios históricos y una muy buena calidad del grano, escapando así a las condiciones de sequía que afectan al resto de los cultivos (especialmente soja y maíz).
El Centro de Estudios y Servicios (CES) de la Bolsa de Comercio de Santa Fe analizó los números salientes que dejó la campaña. De acuerdo con la información que brindó el Sistema de Estimaciones Agrícolas para el Centro Norte de la Provincia de Santa Fe, se implantaron 119.000 hectáreas en la región, lo que implica un crecimiento del 9,2% respecto al área sembrada en la campaña previa y lo ubica dentro de los máximos valores de los últimos años.
En relación al desarrollo del cultivo, la evolución de los cultivares fue buena a lo largo del proceso productivo, con buen stand de plantas y muy buena estructura y estado sanitario. Las condiciones climáticas fueron favorables en el tiempo de siembra y en las etapas críticas del desarrollo de los cultivares, aunque hacia finales de diciembre se comenzó a notar la insuficiencia hídrica que afectó levemente a los cultivares tardíos. El resultado de estas condiciones fue una alta calidad de grano y contenido de materia grasa superior al 50%.
La superficie finalmente cosechada fue de 118.850 hectáreas, quedando menos de un 0,5% de la superficie sembrada sin poder recolectarse. La producción total obtenida en los doce departamentos del centro-norte provincial fue de 230.029 toneladas, un 19,6% superior a la campaña 2016/2017. El rendimiento promedio que resulta de estos valores se ubica en 19,4 quintales por hectárea; 4,6% por encima de los 18,5 de la campaña pasada.
El trabajo del CES analiza el resultado económico a partir de dos ejemplos representativos: uno en la zona de San Justo, con aplicación de tecnología media-alta, mientras que en el segundo caso, se trata de la zona de General Obligado, y toma en cuenta un esquema de tecnología media-baja. Asimismo, en ambos casos, tomando una producción en campo propio y otra en campo arrendado.
En la zona de San Justo, para aquellos productores que trabajaron en campo propio se estima un margen bruto promedio por hectárea de U$S 327,0, siendo dicho valor de U$S 315,6 para la zona de General Obligado. En el caso de los productores que trabajaron bajo un esquema de arrendamiento, se estimó un margen bruto de U$S 95,0 para San Justo y de U$S 200,6 en General Obligado.
Esquema de rentabilidad del girasol (campaña 2017/2018)
Estos resultados, indica el CES, dan cuenta de una gran mejora respecto de la campaña previa, principalmente en el departamento del norte provincial, en el cual los rindes promedios por hectárea aumentaron casi un 40%, impactando de manera significativa en el ingreso.
El informe aclara que los ejemplos aquí presentados no tienen en cuenta el aspecto impositivo, sino que consideran el resultado bruto del productor antes de la detracción por impuestos. Respecto a ello, el índice presentado por la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de la Argentina (FADA), que mide la participación del Estado en la renta agrícola, manifiesta que esta alcanza el 53,3% del ingreso para el caso del girasol en diciembre de 2017.
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